Cogimos de la educación recibida lo más positivo y favorable para mantenerlo en nuestra escala de valores particular y en la forma en la que decidimos hacer nuestras vidas y desterramos aquello que era autoritario, dictatorial y poco democrático.
¡Bien por las nuevas generaciones! Pero… ¿qué pasa con los niños hoy?, ¿por qué solamente se habla de los derechos de los niños y cualquier cosa que suponga establecer un límite es automáticamente considerado brusco o agresivo?
Los niños necesitan límites, exclusivamente porque son personitas pequeñas y en “bruto” que no conocen las normas de la sociedad, ni la forma de establecer las relaciones humanas. Los niños necesitan saber que en su casa, porque es su casa ya que no pidieron venir, vive toda una familia, una familia compuesta por personas con deseos y necesidades particulares pero que tienen un nexo común; el amor y el respeto.
Los niños necesitan saber que un hogar es un refugio donde pase el tiempo que pase, serán escuchados, animados,protegidos, alentados, respetados y amados.
Pero también necesitan sentir que existe una presencia fuerte que marca el límite del bien y el mal y que transmite los valores necesarios para convertirse en personas con herramientas para enfrentar la vida.
Si permitimos que nuestros hijos hagan lo que les plazca en cada momento de la vida, estaremos fallando como padres porque la vida no se lo va a permitir y la caída, entonces, puede ser mucho mayor.
Los niños necesitan un NO, un límite es amor, es un acto organizador, es enseñar a esperar a aprender a elegir.
Los límites son actos diarios y cotidianos que no tienen porque llevar implícita una convivencia desagradable se deben poner con firmeza, bajo un esquema de opciones y explicaciones pero siendo firmes en nuestras decisiones.
Vía : Blog Mujeres